jueves, 19 de enero de 2012

Todo el mundo se equivoca, nadie es perfecto. Algunos se equivocan más que otros. Pero si fuiste tan valiente para hacer lo que hiciste sabiendo que estaba mal, tenes que ser igual de valiente para dar la cara y pedir perdón.
Decimos que de los errores se aprende, pero tenemos que golpearnos quinientas veces y más contra la pared, para aprender.
Tenemos la costumbre de enamorarnos de quien no nos valora y no ver a esa persona que daría todo por vos.
No hay NADA mejor que el abrazo de mamá.

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